Uno de
los destinos del pasado verano 2014, fue la capital de Eslovenia, la pequeña y bella Liubliana.
Una ciudad joven y alegre, con un centro prácticamente peatonal y un pequeño
río con bonitos puentes adornados con esculturas de dragones (símbolo de la
ciudad), pescados, cangrejos, perros y demás seres más o menos monstruosos.
Para
muchos, Liubliana tiene bastante
influencia de Viena o Praga, en cualquier caso, lo que se
aprecia, desde el primer momento, es que la ciudad está bastante bien cuidada.
Cuidado dirigido sobre todo a los numerosos turistas que hasta aquí llegan.
Liubliana, no es una ciudad de grandes y reconocidos museos, y realmente no los necesita. Su verdadero atractivo, es su pintoresco centro histórico, que nos invitará, desde nuestra llegada, a pasear por sus calles, plazas, mercados y puentes.
Se ve muy lindo. Besos.
ResponderEliminarUn lugar para tener en cuenta Teresa.
ResponderEliminarBuen día.