Se nos echa encima el verano, las temperaturas aumentan y los campos de cereales, pese a los malos augurios de este pasado invierno, empiezan a dorarse poco a poco bajo el sol. – Ni los numerosos conejos han sido capaces de frenar el rápido crecimiento de los campos de cebada, avena y trigo, que propiciaron las tardías lluvias de abril. – La cosecha, al final, no será tan mala…
Un aparentemente desordenado mosaico de campos de mieses aguarda a ser cosechado en las próximas semanas. – Ya se pueden ver las primeras perdices rojas escondidas entre las amapolas protegiendo a los pequeños perdigones. – Sonidos de sisones, trigueros y cogujadas, mientras los primillas y los aguiluchos sobrevuelan los monótonos campos de cereales del Campo de Calatrava.
Magnificas estampas tan caracteristicas de la zona. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy simple, muy original y muy bonitas, ese ojo y esa creatividad las hace muy bonitas. Esas lineas infinitas te invitan a no dejar de mirarlas.
ResponderEliminarUn saludo.