martes, 10 de abril de 2012

El nido de las Cotorras Argentinas.

 
Llegaron para quedarse, y en estos días de primavera también las Cotorras Argentinas, Myiopsitta monachus, han empezado a agrandar, más aún si cabe, sus gigantescos nidos. – Fueron muchos los que las compraron como animales de compañía, casi tantos como los que posteriormente las soltaron ante la imposibilidad de aguantar los gritos y chillidos que caracterizan a esta especie.

 
Pero no vayan a pensar que fueron demasiado lejos, ¡no!… - Se quedaron en las mismas ciudades donde fueron liberadas, construyeron nidos en los mismos barrios y así, los indeseables chillidos y gritos, persiguen a aquellos que un día las compraron. – Y es que queramos o no, en no pocas ocasiones, tenemos lo que nos merecemos…


Alguna vez se debiera poner algún freno a este mercado, por desgracia legal, que trafica con especies exóticas. - ¿No creen?...

6 comentarios:

  1. Très belles images, et belle histoire d'invasion... par des espèces qui peuvent déséquilibrer le milieu naturel...

    ResponderEliminar
  2. Los he visto y fotografié en Rosas, cerca de Aiguamolls el año pasado!
    No son los solos periquitos escapados de cautividad desgraciadamente, pero si no hacen daño esto posiblemente no es muy grave: desplazamiento de especies se hacen tan naturalmente a veces...
    Bonitas fotos!
    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Pues si, hay que ponerle freno, lo que no se puede negar es que resultan simpáticas y todo, como pasa con otras especies invasoras...

    Salu2

    ResponderEliminar
  4. Juanjo,

    Esto será culpa de los cazadores también, no?

    Es una pena....

    Manuel

    ResponderEliminar
  5. Cotorras argentinas invasoras! JAJAJAJA No lo puedo creer, será la venganza de alguno? JA!

    El tema que las especies que no son originarias de un hábitat natural suelen causar muchos perjuicios y lamentablemente es un tema que vemos en todas partes... Hace poco estuve en una de ésas tiendas monstruosas donde vendían cotorras de varias especies, las pobres lucían muy mal y se contaban de decenas por jaula: tuve tantas ganas de abrir ésas cárceles y dejarlas salir... luego pensé las pobres, lejos, qué lejos que se encontraban de su hábitat original!

    ResponderEliminar
  6. Manuel, de eso no, pero si de los muflones que campan a sus anchas y arrasan la flora endémica del Teide o de los arruis y conejos en la palma.

    Salu2

    ResponderEliminar