Otoño se desliza sobre el calendario sin regalarnos su más esperado don, la lluvia. La mañana se despertó cubierta de niebla y algo de frescor, aunque no el propio de estas épocas. Un Mochuelo Común, sobre las ruinas de una de las cientos de casas y huertas, hoy abandonadas, me observaba tanto, como yo a él. - Algunas hileras de grullas, las primeras de la temporada, se han ido perdiendo en el horizonte. Curiosamente llegaban en silencio…
¡Qué gracioso!
ResponderEliminar¡Ojala llueva pronto! Echo de menos el aroma casi embriagador del suelo húmedo bajo la hojarasca y la emoción, tal vez incomprensible, que supone la búsqueda de hongos... A ver si veo la seta de los enanitos también este año...
Un beso
Benita
Que mochuelo más chulo y descarado!!!!
ResponderEliminarMe encanta!!!!
aaaayyyy la ansiada lluvia.......supongo que la naturaleza está más ansiosa que nosotros.....
¡Hola Anzaga!
ResponderEliminarPosiblemente el mochuelo esté deseando que lleguen las esperadas lluvias al igual que nosotros, y en especial los que viven mirando al cielo.
Un saludo.
El mochuelo observa mudo, las grullas vuelan en silencio, y el otoño va pasando...inadvertido.
ResponderEliminarAgua, por favor.
Saludos, ANZAGA.