Tengo que reconocer que no todas las actividades y proyectos que se encuentran en los zoológicos de nuestras ciudades merecen mi rechazo, más que nada, por encontrarlos como cárceles de animales y aves, y no como lugares de investigación, protección o sensibilización que es lo que debieran ser.En el Zoo de Barcelona, al menos hay un proyecto que bien merece mi reconocimiento y respeto, es el relacionado con el Alcaudón Chico (Lanius minor). Este programa intenta sacar adelante esta especie de la que sólo quedan en nuestro país no más de diez ejemplares.
Un poco triste, otro animal cautivo, pero “supongo” que esta vez tiene algo de sentido…
Supongo Angel que es "necesario" para poder llegar a repoblar el que tengan que estar en ese estado, la lástima es que queden tan pocos ejemplares por no haberlos cuidado antaño y que ahora se nos muestren como "animales de feria" a los cuales creo por lo que se observa, ni siquiera se les preserva en un lugar mas acorde a lo que debería ser su habitat, y relativamente alejados del ser humano, con lo que sus crías temo que viviran la misma prisión que estan viviendo estos ejemplares. Gracias por la entrada
ResponderEliminarLa verdad es que observar los animales en cautividad genera inevitablemente un sentimiento de tristeza. Recuerdo la sensación tan desagradable que me produjo el ver los linces europeos en una zona de un parque muy oscura y angosta. Se movían inquietos de un lado a otro en el pequeño habitáculo sufriendo la angustia del encierro...
ResponderEliminarHabrá que considerar las funciones positivas de los zoos si no, sería impensable concebirlos...
Besos
Benita
Enhorabuena por ello a nuestros amigos los catalanes, siempre hay noticias agradables que aplaudir, y ya sabéis que soy de allá, pero se reconocer lo bueno y lo malo y puedo dar fe que el zoo de Barcelona ha sido un ejemplo, me he paseado mucho por sus "calles" cogida de la mano de mi abuelo y explicándonos cada una de las cosas que veíamos.
ResponderEliminarAbrazos