sábado, 26 de noviembre de 2022

Dracarys, el vencejo pálido.


             Fue a finales de agosto cuando el cielo de Málaga se cubrió de cientos de vencejos pálidos, Apus pallidus, que aguardaban que el viento amainara para efectuar la decisiva travesía del Mediterráneo hasta África. Pero el gran salto debió aplazarse durante algunos días lo que produjo que los vencejos más débiles se quedaran sin fuerzas e iban cayendo uno tras otro dejando varios muertos o moribundos sobre el asfalto.

           Y así fue que encontré a Dracarys, un ejemplar joven de este mismo año, El estado era francamente malo, había perdido casi todas las fuerzas y estaba a punto de morir. No obstante, decidí intentarlo, y lo llevé a casa. 

            Un mes más tarde, no con poco esfuerzo, Dracarys retomó su viaje...        

No hay comentarios:

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****