miércoles, 23 de septiembre de 2015

Minas de Almadén (Ciudad Real); Patrimonio de la Humanidad de Unesco.


Aunque seguro que muchos manchegos lo desconocen, en Almadén (Ciudad Real), se encuentra el único lugar declarado Patrimonio de la Humanidad de la provincia, las minas de mercurio. Como dato, de estas minas se ha extraído un tercio del total del mercurio existente en el mundo, estimado en 700.000 frascos.

La utilización de las minas se viene realizando desde antiguo. Probablemente fueran los cartagineses los que iniciaran las primeras prospecciones mineras, seguidos por romanos y árabes. Si bien, en sus primeros tiempos, el uso que se venía haciendo del mineral era muy diverso, cosmética o medicina entre otros. Es en el S. XVI, cuando la exportación del mercurio como amalgama de oro y plata, a través de los puertos de Sevilla y Cádiz con destino a las minas de América, da a Almadén y a sus minas el reconocimiento que hoy tienen.

A finales del S.XX, descubiertos los efectos tóxicos que se atribuyen al mercurio, se cerraron las minas y desde entonces la producción permanece parada.



En la actualidad, algunos de los antiguos mineros y otros trabajadores de la explotación se han reconvertido laboralmente en guías turísticos que explican de primera mano cómo vivieron la actividad minera, con frecuencia heredada varias generaciones.

La visita es más que recomendable y no presenta ningún tipo de dificultad. Se inicia en el moderno centro de visitantes donde se han reconvertido antiguas dependencias en un interesante museo, bastante interactivo, con diferentes maquetas de la mina y variadas explicaciones sobre la evolución del proceso extractivo en Almadén. Más tarde, a través de un ascensor adaptado a un antiguo pozo minero, se baja hasta 50 metros de profundidad de los más de 700 metros excavados, donde se recorren túneles y pasadizos de los siglos XVI y XVII, portando cascos y linternas. En el interior es especialmente llamativo, además del silencio y el olor a humedad de cada uno de los pasillos, el baritel de San Andrés, denominado como la capilla sixtina de la minería. La salida de la mina, se realiza por medio de un tren minero que nos llevará hasta el exterior. La visita continúa en un gran pabellón con animaciones que recrean distinto momentos del pasado de la actividad minera, así como con diferentes juegos y experimentos que tienen el mercurio como protagonista.

Aunque hay distintos turnos de visita al día, es más que recomendable reservar, sobre todo si se trata de un grupo, en la página oficial del Parque Minero.

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