El día ha amanecido lluvioso en las Tablas de Daimiel, lo cual no ha quitado ni un ápice de hermosura de la que ahora hace gala el Parque Nacional. Absorto en los cientos de sonidos y olores de la primavera, aunque embelesado sobre todo, en las Fochas Morunas, que afanosas construían su nido, ramita a ramita. Lo que supone, por cierto, una grandísima noticia para los amantes del medio ambiente en general. Seguro que ni hay datos de la última vez en que estas escasas aves criaron aquí...
Todo estaba bastante tranquilo, como les digo, cuando de entre los marjales, ahora bastante altos, ha pasado nadando el Jabalí, Sus scrofa, que les muestro en estas fotografías. El Parque está totalmente surcado por cientos de veredas, por las que transitan, estos cerdos salvajes. Caminos que se entrecruzan en todas direcciones. Aquí no tienen enemigos naturales, salvo el hombre (que no es poco), por lo que el número de nidos que caen en los hocicos de estos cochinos, es numerosísimo. Esperemos que el nido de nuestras Fochas Cornudas corra la mejor de las suertes, y podamos disfrutar en las próximas semanas de los nuevos retoños.
Todo estaba bastante tranquilo, como les digo, cuando de entre los marjales, ahora bastante altos, ha pasado nadando el Jabalí, Sus scrofa, que les muestro en estas fotografías. El Parque está totalmente surcado por cientos de veredas, por las que transitan, estos cerdos salvajes. Caminos que se entrecruzan en todas direcciones. Aquí no tienen enemigos naturales, salvo el hombre (que no es poco), por lo que el número de nidos que caen en los hocicos de estos cochinos, es numerosísimo. Esperemos que el nido de nuestras Fochas Cornudas corra la mejor de las suertes, y podamos disfrutar en las próximas semanas de los nuevos retoños.