El día se ha levantado tan frío que las sierras cercanas al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel parecían nevadas. Todo estaba cubierto por un grueso manto de hielo. El tímido sol de invierno ha ido lentamente deshaciendo el blanco que cubría el suelo y un poco de calor ha sido suficiente para que las Tablas bulleran de vida.
¿Quién lo habría dicho hace tan sólo un par de años?, entonces todo estaba tan seco y deteriorado que parecía irrecuperable. Mucho se hablaba entonces de lo que había sido este Parque en otro tiempo y de lo que ya no podría ser. Se habló incluso de descatalogar esta tierra y sacarla de la reducida lista de Parques Nacionales. Paradojas del destino, hoy las Tablas están con una imagen inmejorable. Poco a poco las distintas especies van recuperando sus antiguos dominios, y ya, en la actualidad, miles de anátidas y otras muchas aves hibernan en este entorno.
El día 2 de febrero es el día los humedales. Mucho tenemos que aportar nosotros en este tema. Una tierra tan seca como la Mancha, y a la vez capaz de tener tanta vida y tan variada. No les hablo sólo de las Tablas, sino de otras muchas lagunas, algunas de ellas estacionales, que se reparten entre la llanura manchega y el Campo de Calatrava. Estas zonas lacustres son el punto de descanso habitual de miles de aves en sus vuelos migratorios.
Los seguidores de este blog, ya saben que tengo la suerte de tener este parque a muy pocos kilómetros, por lo que no suelo perder la oportunidad de visitarlas con bastante asiduidad. Egoístamente, he dejado de hacer estos paseos los días festivos o los fines de semana, ya que entonces se encuentran verdaderamente masificadas. Lo cual no me disgusta en absoluto, pero si pueden elegir, no lo duden…
Hoy he sido el primero en dejar mis huellas en los suelos escarchados que recorren las Tablas. No pueden llegar a imaginarse cuán distintas son cuando el camino se hace a primera hora y en silencio…
Mirando esta última fotografía que representa el río Guadiana cuando ya ha dejado atrás las Tablas, me cuesta creer que ahora sea así. Siempre lo conocí como un secarral donde abundaban los conejos y las polvaredas en verano. Está claro que la naturaleza tiene un gran poder de regeneración, pero nosotros también seguimos teniendo mucho aún por hacer.
¿Quién lo habría dicho hace tan sólo un par de años?, entonces todo estaba tan seco y deteriorado que parecía irrecuperable. Mucho se hablaba entonces de lo que había sido este Parque en otro tiempo y de lo que ya no podría ser. Se habló incluso de descatalogar esta tierra y sacarla de la reducida lista de Parques Nacionales. Paradojas del destino, hoy las Tablas están con una imagen inmejorable. Poco a poco las distintas especies van recuperando sus antiguos dominios, y ya, en la actualidad, miles de anátidas y otras muchas aves hibernan en este entorno.
El día 2 de febrero es el día los humedales. Mucho tenemos que aportar nosotros en este tema. Una tierra tan seca como la Mancha, y a la vez capaz de tener tanta vida y tan variada. No les hablo sólo de las Tablas, sino de otras muchas lagunas, algunas de ellas estacionales, que se reparten entre la llanura manchega y el Campo de Calatrava. Estas zonas lacustres son el punto de descanso habitual de miles de aves en sus vuelos migratorios.
Los seguidores de este blog, ya saben que tengo la suerte de tener este parque a muy pocos kilómetros, por lo que no suelo perder la oportunidad de visitarlas con bastante asiduidad. Egoístamente, he dejado de hacer estos paseos los días festivos o los fines de semana, ya que entonces se encuentran verdaderamente masificadas. Lo cual no me disgusta en absoluto, pero si pueden elegir, no lo duden…
Hoy he sido el primero en dejar mis huellas en los suelos escarchados que recorren las Tablas. No pueden llegar a imaginarse cuán distintas son cuando el camino se hace a primera hora y en silencio…
Mirando esta última fotografía que representa el río Guadiana cuando ya ha dejado atrás las Tablas, me cuesta creer que ahora sea así. Siempre lo conocí como un secarral donde abundaban los conejos y las polvaredas en verano. Está claro que la naturaleza tiene un gran poder de regeneración, pero nosotros también seguimos teniendo mucho aún por hacer.