viernes, 21 de octubre de 2011

Berlín (Alemania).

  
  Fue a finales de este pasado verano, cuando casi sin buscarlo, me encontré en un viaje con destino a Berlín. -  Y como suelo hacer, aterricé en  la capital alemana sin haber preparado demasiado el viaje, esperando quizá, que la ciudad me sorprendiera. - Fue así que me dejé llevar por todo lo que allí iba a encontrar.

Como suele reseñarse en todas las guías y folletos de la ciudad; Berlín es una ciudad en construcción. Una urbe que no para de crecer y de reinventarse. Tengamos además en cuenta, que tras la Segunda Guerra Mundial, la ciudad quedó prácticamente devastada. – Y que además, tras el final de la contienda, un muro, la dividió en dos, durante largos años. Estos hechos históricos, no solo marcan el  presente de los berlineses, sino que  a buen seguro, marcarán el rumbo del futuro de esta ciudad.
   Lo primero que sorprende, es su reducido tamaño, y sobre todo su accesibilidad, comparado con otras grandes ciudades europeas, claro está. - Berlín es una ciudad verde. Se podría afirmar que los bosques, los parques, los jardines son lo habitual en el entorno, y es la ciudad la que se adapta en buena medida al espacio.  
En sus calles encontraremos mezcla de modernidad y las huellas más recientes de la historia de la ciudad, a partes iguales. – Modernos rascacielos, el Reichtag o Parlamento alemán, la Casa Okupa (gran templo del mundo graffitero y del diseño), la Isla de los Museos, no en vano nombrada Patrimonio de la Humanidad, la Nueva Sinagoga, la magnífica catedral, el impactante Museo del Holocausto o el imprescindible Muro de la separación, son solo algunos de los muchos lugares que uno no debe perderse.
  Berlín tiene todo aquello que se espera encontrar en una gran ciudad del centro y norte europeo. - Lo que no encontraremos en la ciudad es el bullicio, el calor y el color de las noches propias de los países del área mediterránea. – Tampoco lo busca, ni lo necesita. – La ciudad por la noche se transforma y se torna, aún más si cabe, en una ciudad tranquila y un tanto oscura. – Será que aquí el descanso, las cosas que son de todos, incluido el silencio, siguen siendo aún algo sagrado...   
Volveré a Berlín, si algún día tengo la oportunidad. Me dejaré llevar, una vez más, a la espera de redescubrir una nueva ciudad... 

2 comentarios:

Japy dijo...

Magnifico repotaje. A mi Berlin tambien me gustó mucho cuando estuve allí hace años. Saludos.

Anónimo dijo...

Estupendo reportaje que invita a proponer Berlín como próximo destino...
A ver si consigo dejar a un lado mis miedos para poder hacerlo.

Bs

Benita

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****