Había ido creando mitos que yo consideraba casi inalcanzables. Especies de flora y fauna que sólo aparecían entre las páginas más escondidas de algunos libros o en los blogs de internet de unos pocos afortunados expertos. Entre estos mitos de los que les hablo, se encontraban determinados tipos de orquídeas como la que hoy les presento. Se podría decir, que ya casi me había conformado con las especies más habituales y que por cientos ocupan las mismas praderas desde mi niñez. Qué equivocado estaba, mi problema era que no tenía ojos para ellas, qué algunas cosas sólo supe mirar con una única perspectiva. Pues realmente, siempre, habían estado ahí…
Las imaginaba tan bellas como lejanas, con la errónea idea de que lo hermoso nunca podría ser cercano y que indefectiblemente, para encontrarlo requería un gran esfuerzo de medios y de tiempo. Paradojas de la vida, siempre habían estado en el recodo del viejo camino, donde cientos de veces había paseado sin reparar jamás en ellas. Sólo se descubrieron ante mí, cuando observé de otra forma lo que tantas veces sólo había mirado…
Las imaginaba tan bellas como lejanas, con la errónea idea de que lo hermoso nunca podría ser cercano y que indefectiblemente, para encontrarlo requería un gran esfuerzo de medios y de tiempo. Paradojas de la vida, siempre habían estado en el recodo del viejo camino, donde cientos de veces había paseado sin reparar jamás en ellas. Sólo se descubrieron ante mí, cuando observé de otra forma lo que tantas veces sólo había mirado…