miércoles, 16 de junio de 2010

La Gaviota Reidora y el mar de la basura.

El desarrollo humano conlleva la proliferación de grandes cantidades de basuras y detritos, con frecuencia, de manera incontrolada. Miles de toneladas de materia orgánica e inorgánica son recogidas por nuestros servicios de limpieza cada día. Basureros inmensos como ciudades, donde los desechos no son tratados adecuadamente, son la cruz en el desarrollo de los hombres.
Hasta hoy, no hemos sido capaces de buscar las fórmulas para que el impacto de todas nuestras inmundicias no altere los ritmos naturales del entorno. No pocas especies han cambiado sus hábitos ancestrales, adaptando con ello sus ciclos naturales a los desperdicios de los hombres: Buitres, milanos, cigüeñas, garzas, zorros o gaviotas, como la que hoy presentamos, esperan cada día que los camiones de recogida lleguen a los vertederos cargados de sustento fácil.
La Gaviota reidora (Larus ridibundus) se ha ido adaptando progresivamente a esta tierra sin mar. Cientos de individuos sobrevuelan ahora, los mares de olas de basuras del interior peninsular.

6 comentarios:

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Quizá esta sea una de las pocas cosas buenas que trae el exceso de residuos...el acercamiento de la fauna salvaje a la basura de nuestra sociedad (a veces "sociedad basura").
Saludos.

Gus Planet dijo...

Cuánta razón conllevan tus palabras, amigo. Realmente no hemos comprendido el tremendo daño que cada día causamos al Planeta. Creo que todas nuestras mega sociedades de consumo producen algo así como un 'suicidio colectivo' y esos éstas criaturas las primeras en llamarnos la atención con sus cambios de hábito/hábitat como tú bien lo expones ...
Es como si pudiéramos gritar o como decía nuestra amiga 'Mafalda': "paren el mundo que yo me bajo!"

Anónimo dijo...

¡Magníficas fotos!
Es, cuanto menos, muy preocupante. Yo me siento culpable cada vez que hago una compra y me encuentro con una cantidad inmensa de plásticos de los que deshacerme...Me propongo prescindir de bolsas y, al final, por comodidad, vuelvo a caer. No somos conscientes del daño que causamos y es difícil cambiar estos hábitos que nos hemos creado. Últimamente me viene a la mente la frase: "un gesto por el planeta" y entonces evito coger el ascensor, procuro no encender la luz en balde y hago uso del agua, creo, con comedimiento pero ¡hay tantas cosas que no evito!
¡Qué agobio!
Benita

Lienzo tierra dijo...

Buenas fotografías. Y mucha razón.
Podríamos vivir con muchos menos desperdicios, como hemos hecho siempre. Pero ahora, que si bandejitas para todo, que si bolsas, que si plásticos, que si mil aparatos en casa que no son necesarios.

Por cierto, alguien quiere una sandwichera? Regalo nuevito sin estrenar. ;) Qué de trastos innecesarios, de verdad.

Anónimo dijo...

bueno , yo llevo un par de cestos para hacer la compra , pero la verdad , todo lo que compramos va envuelto en kilos de plástico ...uf...y encima , el otro dia aprendí en un docu que cada minuto con el grifo abierto gastamos 12 litros de agua , o algo así !!! esto deberían enseñarlo en las escuelas tanto como las mates !!!
buen finde !!

Javier G. Pérez dijo...

Es una gran ventaja para las aves oportunistas. Gran cantidad de alimento a cambio del mínimo esfuerzo y gasto energético. Lo peor es que acaben siendo tan torpes como las palomas urbanas.
Saludos

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****