sábado, 16 de mayo de 2009

Las Lagunas de Ruidera

Recuerdo, cuando de niño nos hacían aprender aquellas largas retahílas sobre los principales ríos españoles. Y era así, que del río Guadiana se decía que nacía en las Lagunas de Ruidera. Todos aquellos datos que estudiábamos de memoria bajo pena de algún severo castigo, hoy ya no sirven de nada. Los ríos han dejado de ser ríos para ser vías de desagüe infectas y malolientes. Los ríos españoles ya no nacen en ninguna montaña ni en ningún limpio valle, sino de los residuos de empresas y de las aguas fecales semidepuradas de alguna gran ciudad.



El río manchego muere al mismo tiempo que nace, pues tras las maravillosas Lagunas de Ruidera, todo su cauce va directamente a la agricultura. El río Guadiana ya no vuelve a resurgir en los Ojos del Guadiana, que hoy son una inmensa estepa, donde se cultivan cereales o maíz, regados con las aguas de los muy agotados acuíferos. Es por esto que deberíamos reflexionar sobre el asunto, rehacer los mapas y redefinir el curso de nuestros ríos.





De momento, y gracias a las abundantes lluvias de este pasado invierno, las Lagunas de Ruidera gozan de una singular belleza. Colores turquesa, azules y verdes envuelven al visitante haciendo olvidar los tonos amarillentos y ocres más propios del secarral manchego. Son numerosas las actividades ofertadas, rutas, restaurantes, gastronomía y parajes con encanto que visitar. Pero no olvidemos que una mínima parte de las lagunas está protegida, por lo tanto, el acceso no está permitido.






Ruidera se declaró como parque natural en el año 1979 por el Gobierno de Castilla-La Mancha, de esta forma se intenta la conservación de su rico patrimonio, trabajando en la actualidad por el desarrollo sostenible del parque y su entorno.










Durante los años 70 y 80, se realizaron multitud de construcciones ilegales. Cualquiera podía hacerse un superchalet con acceso directo a “su laguna personal”. “La España del pucherazo”, como vemos cada día en nuestros medios de comunicación, sigue muy presente. Politiquillos de tres al cuarto y nuevos ricos desean colmar sus insaciables deseos de grandeza y construirse la mansión más envidiada de la zona.








En la actualidad, son muchos los retos y problemas que existen en torno a este frágil espacio protegido. Si las Tablas de Daimiel agonizan como pez en tierra, las lagunas aún disponen de alguna oportunidad. Modelos de desarrollo sostenible intentan combinar la gran cantidad de turistas, la agricultura de la zona y mantener uno de nuestros últimos espacios.

2 comentarios:

Tomás Beldad dijo...

Me quedo alucinado, si estas fotos son recientes, y así me han contado que están, no me puedo permitir demorar por más tiempo una visita al parque natural de las lagunas de Ruidera. Estuve este verano, conseguí fotos increíbles del nivel tan bajo de agua que tenían. Ya mostraré la imágenes comparando las situaciones.
Me alegra no sentirme tan solo en esta utópica tarea de reivindicar la protección de los espacios naturales. Un saludo.

Anónimo dijo...

Buena suerte para el mantenimiento de estas zonas húmedas y natural.
Es necesario luchar contra la contaminación del agua y la construcción intempestives de los que quieren la comodidad y la inmediata!
Buen día Anzaga.

**** " NO SE PUEDE CONSERVAR AQUELLO QUE NO SE CONOCE " ****